Alcanzando la especialidad médica número 25, el Hospital de Tomé a contar del 13 de septiembre tiene fisiatra. Se trata de la Dra. Mery Aqueveque Maldonado, médico fisiatra que se integra a la dotación hospitalaria para potenciar y trabajar la rehabilitación de los usuarios y usuarias que lo requieran.

“Los fisiatras lo que vemos es la rehabilitación de los usuarios en distintas patologías. Trabajamos con un equipo multidisciplinario de kinesiólogos, fonoaudiólogos y terapeutas ocupacionales para poder buscar un bienestar en los pacientes, mejorando la funcionalidad. Buscamos que ellos tengan una mejor calidad de vida”, explicó la doctora.

La Dra. Aqueveque desde su llegada ha estado principalmente, atendiendo a pacientes con Traumatismos Encéfalo Craneanos (TEC), Accidentes Cerebro Vasculares (ACV), delirios y usuarios que han debido estar por largo tiempo en unidades críticas. “Nosotros trabajamos la funcionalidad del paciente de tal manera que se pueda ir en óptimas condiciones a la casa. La idea siempre es llegar al basal del paciente, cómo era antes de ingresar al hospital, pero a veces eso no se logra en el intrahospitalario y requiere manejo en el ambulatorio, y ahí es súper importante integrar al equipo de rehabilitación, ya sea del hospital o de la Atención Primaria de Salud (APS)”, detalló.

El tiempo que un usuario o usuaria requiere de la atención de un fisiatra depende exclusivamente de la patología que está siendo tratada. Sin embargo, el proceso de rehabilitación puede ir de 6 meses a un par de años, periodo en que los pacientes tomecinos debían ir a hospitales más distantes. Hoy, la comunidad de Tomé, podrá contar con un especialista que pueda ayudar a manejar, de manera global, complicaciones de algunas patologías que pudieran presentar.

“La verdad es que la labor de un fisiatra es trabajar en conjunto con otros especialistas, nosotros no trabajamos solos, siempre trabajamos apoyando a los demás profesionales”, concluyó la Dra. Aqueveque.

Fisiatría y COVID-19

El proceso de rehabilitación de los pacientes internados por COVID-19, especialmente aquellos intubados, ha demostrado ser fundamental para conseguir la funcionalidad original del usuario/a. Los fisiatras en esta pandemia, han cumplido la labor de atender la fatiga crónica, el desgaste muscular, secuelas cognitivas, las complicaciones broncopulmonares que ellos pudiesen presentar, entre otros.